Las migraciones vienen principalmente motivadas por la necesidad de encontrar áreas más productivas de alimentación o de reproducción. Las migraciones de las ballenas se realizan entre las regiones polares en verano, ricas en alimento, y las aguas más calientes en invierno, propicias para la reproducción.
Las temporadas dictan todas las migraciones animales, incluso las de los cetáceos. Su impacto es más importante en las latitudes elevadas, donde los largos días de verano y la fundición de los mares de hielo acarrean un nacimiento de plancton y de fitoplancton. Estos organismos microscópicos son comidos por el kril y los copépodos, que a su vez alimenta a los pájaros, las focas, los calamares, los peces y las ballenas. Cuando los mares polares se hielan en invierno, la producción biológica se ralentiza por lo que numerosas especies emigran entonces hacia climas más calientes.
Las migraciones de las ballenas son encabezadas por las hembras y se realizan en pequeños grupos de dos a diez individuos. Las hembras abren la marcha con sus ballenatos y son acompañadas por individuos más viejos y más jóvenes. Estos últimos todavía inmaduros y que no están en edad de procrear. Los machos reproductores cierran la marcha con las hembras en descanso de ciclo (recordemos que las ballenas tienen una cría cada 2 o 3 años).
La cohesión social es muy fuerte en la especie. Por ello, las ballenas que no tienen una función de reproducción, ayudan a las otras ballenas, protegen a las crías, etc. Se las conoce bajo el nombre de "escoltas" o "tías".
Las ballenas se orientan en sus desplazamientos gracias a la sensibilidad de su piel que les permite diferenciar la temperatura del agua y así identificar las zonas en las que se encuentran. También se orientan gracias a las variaciones de la fuerza magnética que varían según los lugares del globo.
Los cetáceos con papada prácticamente ayunan a lo largo de su migración, viviendo de sus reservas de grasa durante períodos que pueden llegar a alcanzar los ocho meses durante el año. En el caso de las hembras con crías, en el momento de la migración la pérdida total de peso puede alcanzar el 50 %.
Las migraciones de las ballenas son encabezadas por las hembras y se realizan en pequeños grupos de dos a diez individuos. Las hembras abren la marcha con sus ballenatos y son acompañadas por individuos más viejos y más jóvenes. Estos últimos todavía inmaduros y que no están en edad de procrear. Los machos reproductores cierran la marcha con las hembras en descanso de ciclo (recordemos que las ballenas tienen una cría cada 2 o 3 años).
La cohesión social es muy fuerte en la especie. Por ello, las ballenas que no tienen una función de reproducción, ayudan a las otras ballenas, protegen a las crías, etc. Se las conoce bajo el nombre de "escoltas" o "tías".
Las ballenas se orientan en sus desplazamientos gracias a la sensibilidad de su piel que les permite diferenciar la temperatura del agua y así identificar las zonas en las que se encuentran. También se orientan gracias a las variaciones de la fuerza magnética que varían según los lugares del globo.
Los cetáceos con papada prácticamente ayunan a lo largo de su migración, viviendo de sus reservas de grasa durante períodos que pueden llegar a alcanzar los ocho meses durante el año. En el caso de las hembras con crías, en el momento de la migración la pérdida total de peso puede alcanzar el 50 %.
No hay comentarios:
Publicar un comentario